Literatura

Un Cosmopolitan y Sex and the City

12 / 11 / 2019

Un pequeño libro rosado y con una imagen de un Cosmopolitan es el inicio de Sex and the City, libro reseña de Carolina Vegas sobre la mítica serie de HBO.

Durante la pasada versión de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, llegó a mis manos un pequeño libro rosa titulado Sex and the City, escrito por Carolina Vegas y publicado por la editorial Rey Naranjo. Con el título fue suficiente para saber que sería una crítica a la icónica serie de finales de los 90 e inicios de los 2000, lo que me llevó a abrirlo con cierta prevención de que no fuera otro libro-reseña que atacaba a una de mis series favoritas de la adolescencia.

Afortunadamente, pude conectarme con rapidez en la forma en que Carolina Vegas narraba la primera vez que vio dicha serie: al igual que ella pude disfrutar todas las temporadas gracias a la Perubólica —televisión tomada a través de grandes antenas y redistribuidas de manera no muy legal, pero supremamente económica, y en la que predominaban los canales peruanos— de mi barrio, la cual daba acceso al canal HBO y por eso comencé a ver la primera temporada, a mis 12 años en 1999.

Al leer las primeras páginas supe de inmediato que este libro era de los míos: imposible no sentir empatía y compartir algunas percepciones de Vegas sobre la serie y los personajes de la misma, a quienes trata de acercar a una mujer colombiana que está sobre los treinta años. Leer las primeras páginas fue un instantáneo rememorar y conectarme con mi yo adolescente.

Carolina Vegas es una escritora y periodista de la ciudad de Bogotá, Colombia, egresada de la Universidad Javeriana y Magíster en Letras Modernas de la Universidad Iberoamericana de México. Fue editora en la revista Semana y directora de la revista Semana Jr, y ha publicado dos novelas: El cuaderno de Isabel (2017) y Un amor líquido. Autorretrato de una madre (2017).

Vegas nos lleva a conocer la serie desde dos perspectivas: una como mujer joven y sin ninguna experiencia sexual, ni emocional, y otra como una mujer adulta y con familia. Gracias a ese diálogo entre esas dos visiones de mujer va narrando a los personajes de la serie, al tiempo que nos muestra cómo algunos apartes de la serie se pueden aplicar a nuestro cotidiano, o bueno, al cotidiano de las mujeres.

Debo admitir que me volví adicto al libro y que me hizo reír varias veces durante mis viajes en metro, a la vez que sonaba en mis auriculares la banda sonora de la serie; ver el sentido que puede tener la serie desde la visión de las mujeres sin duda alguna es un elemento enriquecedor.

Pero, ¿qué tiene este libro por lo que debes comprarlo? La respuesta depende de algunos pequeños factores: ¿eres fan de la serie? ¿Amas a las mujeres libres y poderosas? ¿Te gustan el sexo y las relaciones interpersonales? ¿Te gusta la moda? Si las respuestas fueron sí en algunas, a este libro debes darle la oportunidad, en cambio si tus respuestas fueron no, te invito a que conozcas a través de este libro el poder de las mujeres.

Sí, este libro trata de narrar el empoderamiento de las mujeres de la serie, llevándolo a dialogar con los procesos feministas. La autora nos muestra cómo, desde la serie, los personajes femeninos tenían las riendas de sus vidas: cómo estaban al mismo nivel que los hombres en sus carreras profesionales y eran seres poderosos y dominantes, que no se dejaban desvanecer por los hombres —aunque en algunos momentos de la serie pareciera que sí—.

El primer capítulo del libro, Las mujeres de verdad hacían el amor, es una buena forma de dar entrada a los lectores sobre el papel del sexo en la serie, tema que para 1999 seguía siendo tabú dentro de nuestros países. La serie rompió con el esquema de la mujer sumisa sexual y emocionalmente porque, como lo menciona Vegas, la protagonista de la serie, Carrie Bradshaw (Sarah Jessika Parker), hace un experimento de “tener sexo como un hombre”. Sin sentimientos, la víctima escogida es su ex novio, al que ella describe como “un error que cometí a los 26, a los 29 y a los 31”, y opta probar si sería capaz de tener sexo sin ligarse emocionalmente. Para beneplácito de todos lo hace, pero luego de tener sexo con él, encuentra al que será el personaje que amaremos y odiaremos en toda la serie, Mr. Big.

En este capítulo Vegas también nos cuenta cómo fue la ruptura de esa chica adolescente que estaba frente al televisor mientras miraba a mujeres hablando de poder, sexo y amor, porque si bien la serie se centra en el poder de las mujeres en su cotidiano, las relaciones amorosas siempre aparecerán como un ingrediente más que puede sacar lo mejor y lo peor de las protagonistas. Pero, regresando al libro, Vegas nos hace un recuento del impacto que generó la serie en esa chica de diecisiete años, virgen, con una fuerte influencia familiar y apegada a la moral cristiana.

Debo admitir que me causó gracia esa descripción, ya que en cambio yo a los doce años, cuando comencé a ver la serie, ya tenía preservativos y un constante recordatorio de mi madre sobre la salud sexual. Claro, meses antes yo había confirmado lo evidente a mis padres sobre mi orientación sexual y tuve la fortuna que, aun siendo católica mi madre y gnóstico mi padre, me permitieron vivir y explorar mi mundo.

En tanto, para Vegas el tema del sexo, como lo presentaba la serie, era una apertura de ojos, una reafirmación de que la libertad sexual era un camino que había que recorrer. Leyéndola también me percaté que, aun siendo yo tan marica, tuve muchas libertades que mis amigas de esa época no tenían, porque para ellas el disfrutar el sexo era una tarea complicada por el hecho de ser mujeres.

Tal como lo dice Vegas en el segundo capítulo, Nunca fui Carrie, es casi una generalidad querer parecerse a la protagonista. En lo personal, este personaje siempre me pareció un poco lento, aunque admito que me encantaba su sentido de la moda y coincido con la autora en que personajes como Miranda Hobbes (Cynthia Nixon), Charlotte York (Kristin Davis) y Samantha Jones (Kim Cattralll) tuvieron un enorme peso dentro de la serie, porque ayudaban a mostrar muchos matices de las mujeres empoderadas a las que la serie quería referirse.

Al ir Vegas describiendo a los personajes en cada nuevo capítulo del libro, es imposible no sentir algún tipo de conexión, más allá si se ha visto la serie o no. Recuerdo que durante algunos años una de mis primas más cercanas me criticaba por perder mi tiempo viendo una serie que trataba los problemas de las mujeres de una manera tan superficial, aunque años después, siendo ella una mujer que ya había vivido bastantes cosas, se dio la oportunidad de ver la serie y de reconocer que esas cuatro mujeres de Nueva York eran la mejor muestra de un feminismo en el que las mujeres son el centro, no netamente consumidoras de moda, sino personas con poder de decidir sobre sus cuerpos y sus vidas.

Creo que este libro logra rescatar precisamente eso: esa visión de las mujeres que deben tomar decisiones en sus relaciones emocionales, en sus profesiones, en su vida sexual y reproductiva. Vegas nos adentra con este libro-reseña a diferentes momentos de la serie, aunque debo admitir que deja mucha tela por cortar y espero que la editorial Rey Naranjo y la autora piensen en una segunda versión, con más de sesenta y ocho páginas.

Aun así, Vegas logra hacernos reflejar en los personajes de Sex and the City, en sus matices y vivencias. Más allá de si la historia ocurre en la ciudad de Nueva York, las mujeres de este lado del mundo afrontan en muchos casos los dilemas que representa la serie y que Carolina Vegas sintetiza en este pequeño libro.