Fiesta del libro

Cristian Romero: “hay que seguir pensando que un futuro distinto es posible”

6 / 09 / 2019

El escritor colombiano Cristian Romero, invitado a la 13.ª Fiesta del Libro y la Cultura, conversó con Laterales Magazine.

Es como si el cielo de la noche se desmoronara sobre San Isidro. Las partículas de ceniza, resplandecientes, flotan en el aire y se dejan caer sobre los techos de las casas, mientras la luz lánguida y amarillenta del alumbrado público colorea las calles y paredes del pueblo. Unos gritos, a lo lejos, se desentierran como explosiones”.

Así, Cristian Romero nos hace sentir la tragedia que se cierne sobre San Isidro, lugar al que una multinacional llega para sembrar, a como dé lugar, maíz transgénico y en el que transcurre Después de la ira (Alfaguara, 2018), novela con la que Romero se ha posicionado en el actual panorama literario colombiano por ser una metáfora del desarraigo, la marginación y la explotación.

Romero, quien en 2017 ingresó a la prestigiosa lista Bogotá 39 –la cual reúne a escritores latinoamericanos menores de 40 años–, ha publicado además el libro de cuentos Ahora solo queda la ciudad (ganador de la Beca de Creación de la Secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín) y participó en la colección de cuentos Líneas Cruzadas de Hilo de Plata Editores con un librillo de microcuentos llamado Como la tela de una araña.  

Para esta 13.ª Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín es uno de sus invitados centrales y el domingo 8 de septiembre, a las 3:00 p.m. en el Teatro Explora, participará junto a la escritora boliviana Liliana Colanzi y el escritor colombiano Miguel Ángel Manrique en la charla El extraño mundo que nos habita. Escenarios fantásticos que se encuentran a la vuelta de la esquina.

Antes de su participación en la Fiesta, el autor conversó con Laterales Magazine sobre escritura y los mundos que ha descubierto gracias a ella, también sobre ciencia ficción, género que ha explorado en sus textos y que en Colombia trata de abrirse paso pese a la reticencia de algunos, y sus proyectos venideros.

A un escritor lo constituyen diversos mundos ¿cuáles son los mundos que constituyen a Cristian Romero y cómo los has plasmado en tus textos?

Creo que son muchos mundos, pero en realidad escribo para, precisamente, descubrirlos. Supongo que, a pesar de que mis textos no son autobiográficos, algo que casi todos quieren leer en estos momentos, hay cosas mías ahí. Puede que desdibujadas, pero las hay. Por ejemplo, mucho desencanto y, al mismo tiempo, la convicción de que todo puede ser mejor.

Muchas veces los géneros son meras etiquetas, pero en tu caso hay una inclinación por la ciencia ficción, la fantasía e incluso el terror ¿qué posibilidades te han permitido estos géneros y cuál ha sido tu impronta con ellos?

Volviendo a la pregunta anterior, el género fantástico, con todo lo que este engloba, me ha permitido imaginarme y descubrir otros mundos posibles. En cuanto a mi impronta, creo que es demasiado apresurado para hablar de eso y me parece que no soy el más indicado para señalarlo. Estoy descubriendo, tratando de encontrar una voz, un camino. Todo llegará a su momento. Si puedo hacer algo para que el género crezca, por lo menos en nuestro país, por mínimo que sea, me doy por bien servido. Si uno o dos lectores se pueden imaginar y descubrir esos mundos que intento esbozar, todavía mejor.

A pesar del potencial político y social de la ciencia ficción (algo que es evidente en tu novela Después de la ira), este género no ha sido muy extendido en Colombia ¿a qué crees que se deba ello? ¿Qué relato de país podría construirse desde la ciencia ficción?

Bueno, todos sabemos que en Colombia se lee poco y mal y eso va a tardar un poco en cambiar. A veces, incluso, siento que hay una élite que hasta le incomoda sentir que su pequeño mundo se puede expandir. Les gusta regodearse en ese privilegio. Desde la academia, también, e incluso en el mundo editorial, hay muchos prejuicios con la literatura de imaginación y mucho interés por la literatura del “yo” o por el realismo puro. No tengo nada en contra de esto último, me parece perfectamente válido que haya personas que les interese ese tipo de literatura. Lo que me cuestiona es ese afán de desacreditar todo lo que no se inscriba en esas líneas, como si la imaginación fuera cosa de niños y hasta vergonzosa. Pero hay mucha gente haciendo cosas tremendas desde los márgenes en estos momentos en Colombia. Literatura de pura imaginación desatada. ¿Qué relato de país se podría construir desde ahí? Uno en donde el futuro deje de pertenecerle a los mismos de siempre.

Hemos visto imágenes terribles de los incendios en el Amazonas, los ríos son secados en aras del progreso, el aire que respiramos ya no es tan limpio, muchos gobiernos poco o nada hacen para proteger el medio ambiente y las multinacionales acaparan a no más los pocos recursos que nos quedan. Ante este panorama, ¿qué dimensión crees que ha tomado Después de la ira a un año de haber sido publicada? ¿Puede decirse que esta novela, pese al escenario complejo que plantea, hace una reivindicación de la resistencia, de las luchas solitarias que emprendemos todos los días contra esa realidad casi siempre inamovible?

No sé qué dimensión haya ganado ante tanto horror, creo que tampoco me corresponde decirlo a mí. En cuanto a lo de la resistencia, sí me interesaba hablar de eso: por más condenada al fracaso que esté cualquier intención de resistencia, hay que seguir pensando que un futuro distinto es posible. Eso es algo que está presente en muchos de los personajes que trato. Yo soy un poco terco, para bien o para mal. Supongo que mis personajes tienen mucho de eso.

Decía Julio Cortázar en Algunos aspectos del cuento que el cuento debe ganar por knock-out, ser incisivo, mordiente y sin cuartel desde la primera frase, aunque temiendo contradecir al maestro la premisa también aplicaría para otros géneros ¿qué reacción quieres generar en quien te lea y cómo ha sido precisamente la relación con tus lectores?

A mí me gusta pensar los cuentos, e incluso las novelas, como una pequeña grieta por la que puedo ver algo incompleto de un todo mucho más grande. Me gusta sentir esa misma incomodidad que se siente cuando se espía algo por una rendija, algo fascinante y aterrador que se desdibuja en los bordes. Si eso le sucede a alguien con mis textos, pues qué maravilla.

Tres libros publicados  –Ahora solo queda la ciudad, Después de la ira y Como la tela de una araña– ¿en qué estás trabajando ahora? ¿Qué historia tienes entre manos? ¿Has pensado llevarla a un libro o al cine, que también es tu otro lenguaje?

Ahora mismo trabajo en otra novela que ya tengo muy adelantada y en un libro de cuentos que ya está casi listo. Bueno, eso creo. Uno siempre cree eso, que ya está casi listo. Tengo que darme ánimos, ¿no?