Fiesta del libro

Gloria Susana Esquivel: “Nunca había escrito con el afán de ser publicada por una gran casa editorial”

12 / 09 / 2018

La poetisa y prosista bogotana Gloria Susana Esquivel nos cuenta un poco sobre su proceso creativo, sus experiencias formadoras y su magnífica primera novela.

La Fiesta del Libro y la Cultura abre las puertas a los escritores jóvenes en cada edición, identificándose como un espacio propicio para las conversaciones intergeneracionales e interexperienciales. Una con la que tendremos el privilegio de escuchar y conversar durante el evento es Gloria Susana Esquivel, autora bogotana quien, tras empaparse de poesía durante los inicios de su profesión literaria, debutó como novelista el año pasado con Animales del Fin del Mundo, un relato tan matizado como encantador en cuya ejecución se da un lujo elusivo para la gran mayoría de los literatos: narrar juguetona y certeramente, siempre estando segura de lo que está relatando.

Además de esto, la presencia de autoras como Esquivel es reflejo de una creciente y gratificante tendencia en la literatura colombiana: que no hay solamente historias policiacas y noir androcéntricas y que, merecidamente, cada vez hay más escritoras a quienes se les reconoce su talento abiertamente.

Acerca de todo esto y un poco más, Gloria Susana muy afablemente nos habló lo siguiente:

Musa Benmejía: Animales del Fin del Mundo tiene algunos lugares comunes de la literatura como expresión artística como las metáforas, el desencanto y la transformación. Sin embargo, el conjunto de toda su composición no es precisamente convencional: el contenido de esos elementos la hacen una obra apócrifa, simpática y densa por igual. Como los mejores libros extemporáneos, no se preocupa por las verdades a rajatabla, sino que juega con el sentido a través de la experiencia de Inés, a su vez producto de la experiencia y experiencialidad de Gloria Susana Esquivel. ¿Cómo fue todo ese proceso, esa experiencia de composición y redacción de la obra?

Gloria Susana Esquivel: Esta novela la comencé a escribir cuando estaba haciendo mi maestría en Escritura Creativa en Nueva York. Comenzó con una imagen que me vino, de dos niñas juntas jugando, que me recordó varias escenas de mi infancia. Como ya venía de una experiencia como escritora de poesía, que fue el inicio de mi experiencia en escritura creativa; entonces la novela empezó como una serie de estampas, de recuerdos de infancia, y gradualmente empezaron a aparecer los personajes entorno a Inés -que es la protagonista-, entonces empecé a darme cuenta de que lo que estaba escribiendo no era un texto fragmentario.

Luego, dejé reposar el texto, que estaba como una especie de borrador del que quedaron muy poquitas cosas. Regresé a Bogotá y aquí empecé a trabajar más seriamente en la novela, hablé con unos lectores que me ayudaron a estructurar un poco la narrativa, me hicieron preguntarme qué era lo que yo quería contar. En ese proceso se fueron unos dos años, luego de los que terminé una primera versión manuscrita. Luego de eso hubo otra revisión y ahí ya estaba más o menos lista, después de unos cuatro años de haber concebido la idea original.

MB: La construcción de los personajes del relato se vale de metáforas animalistas, casi bordeando con lo zodiacal; pero nunca se ven estereotípicos y, de hecho, se leen como personajes muy personales, muy de sí mismos. ¿Qué la llevó a poner los personajes así?

GSE: En primer lugar, me interesaba mucho la subjetividad de esta mujer (Inés, de nuevo) que recuerda su infancia, que tiene una manera muy particular de ver las cosas. Quería que se viera el mundo a partir de su deseo y su deseo es que su familia sea una manada. Esto porque en la época, estaba muy interesada en el comportamiento animal, en que son “irracionales”, seres que están por fuera del lenguaje y que, de todos modos, tienen una organización y una especie de lenguaje secreto que les permite tener manadas funcionales y sobrevivir; mientras que los humanos somos “racionales” y participamos del lenguaje, pero nuestras relaciones son muy complicadas, generalmente las familias son disfuncionales y las manadas, si no funcionan, se rompen. Me interesaba mucho que el deseo de esta niña por una familia fuera expresado a partir de esas metáforas animales, y que se evidenciara que la familia en que ella está, está completamente rota; que no es tan sencillo clasificar las cosas según el deseo -para que los deseos se cumplan-, sino que ese contraste entre el animal y el ser humano, el instinto y la razón, crea otra lógica.

MB: En una entrevista de junio del año pasado, usted contaba que, antes de Animales, no se sentía capaz de escribir narrativa no ficticia, por lo menos, más allá del género poético. ¿Qué retos encontró en ese tránsito necesario para concebir el libro, como persona y como escritora?

GSE: Fueron muchos porque, por yo ser poeta originalmente, la manera en que concebía la escritura era a partir de imágenes y de metáforas. Me interesaba mucho generar metáforas y utilizar mucho el sonido y los ritmos del lenguaje para hacer ese artificio, mientras que la narrativa responde a otra lógica muy diferente, que es la lógica de una historia, el nudo y el desenlace. Era muy complicado para mí, en el principio, pensar desde eso: qué es lo que yo quería contar, qué es lo que hay detrás de todas estas imágenes que se me están apareciendo, y cómo voy a captar la atención del lector.

Fue un trabajo muy grande, de aprender a estructurar, de aprender a contar lo que yo quería contar y darme cuenta al final que esta historia no es sólo una historia de infancia, que no era sólo una historia de subjetividad femenina; sino que también es una historia de violencia y de cómo la violencia del país a finales de los ochenta y [comienzos de] los noventa no era la única violencia que me había atravesado en mi experiencia personal, que también pequeñas violencias nos atraviesan como colombianos – como la violencia de género, la violencia de clase, etc. –

MB: Siendo ahora una persona y escritora distinta de la que era antes de Animales, ¿qué le ha resultado gratificante del oficio escritor a lo largo de todo esa experiencia?

GSE: Ha sido encontrar lectores, porque el oficio de escritor es muy solitario. Nunca había escrito con el afán de ser publicada por una gran casa editorial, sobre todo porque siempre he publicado cosas en internet. En eso, el aspecto de la publicación no era tan misterioso; pero mientras escribía, no estaba pensando en que el libro iba a salir a la luz en algún momento, aunque luego sí ocurrió. Se pasa de estar completamente confinado con los personajes, en su universo; a encontrarse con personas que ya me han leído, que tienen opiniones sobre ello, que les ha generado algún tipo de conmoción. Eso ha sido lo más interesante, poder conversar con lectores con quienes comparto afinidades, que están interesados en violencia de género, en la violencia [en general], que estén interesados en literatura. Tener esos nuevos interlocutores ha sido lo más gratificante.

MB: Usted tiene un blog en el que sube relatos cortos, muy introspectivos, como bitácoras. ¿Es una especie de repositorio personal, o también echa mano de lo que tiene ahí para escribir en la posteridad?

GSE: El blog comenzó hace unos siete años, es como un diario en el que escribo cosas que me pasan. Hay cosas ahí que se vuelven gérmenes sobre todo de poemas. Por ejemplo, tengo la idea de hacer un libro de poemas de amor -que no sé si vaya a pasar- y ahí escribo ideas o situaciones que quisiera que estuvieran en ese proyecto; además de cosas que no quiero que se me olviden, entonces también funciona como cuaderno de notas.

MB: ¿Qué le gusta leer a Gloria Susana Esquivel?

GSE: A mí me gusta leer literatura latinoamericana e hispanoamericana, sobre todo. También literatura universal, me gusta leer mucho poesía -soy una gran lectora de poesía- … me gusta mucho leer a mis contemporáneas, sobre todo mujeres, para conversar con ellas a través de mi lectura y mantenerme al tanto. Me interesa también la literatura colombiana -aunque siento que es como un vacío de mi formación como literata-, porque me gusta saber a qué tradición pertenezco; y me gusta mucho también leer novela gráfica y el cómic.

MB: Finalmente, con motivo de la Fiesta del Libro y, a partir de sus propias experiencias en torno a fenómeno del recuerdo, ¿qué son, para usted, las formas de la memoria?

GSE: Para mí, la memoria tiene una forma muy extraña, una forma inasible. Creo que es algo que todo el tiempo estamos creando, como en teorías neurocientíficas en que ya se ha demostrado que el cerebro utiliza los mismos lugares para recordar e imaginar. Es parte de una subjetividad, como la imaginación es parte de una subjetividad.

En un lado más macro, la memoria en Colombia tiene una forma nula. Me parece que muchas veces resulta problemático porque no conocemos nuestra historia, no hemos destinado tiempo suficiente para explorar nuestra historia y entender por qué hacemos lo que hacemos. Por eso creo que seguimos topándonos con el mismo conflicto y con la misma violencia, no nos tomamos el tiempo para tratar de entender los fenómenos políticos que nos han llevado a este punto.