La ciudad, escenario del asombro, la dureza, la inocencia. Tres cuentos de Medellín, que la muestran tal como es.
“El cuerpo se movía al ritmo de la corriente bajo el agua, como si fuera el corazón de la isla, y así el último hilo se confundió entre los matorrales”
“Luego traigo el cuento de Zorro. “¿Te gustan los zorros?”, me dice la abuela. Y segura de que Abue no se va enojar, le digo que sí.”
Dos vidas distintas terminan cruzándose en un Circular Sur mientras recorre la ciudad.
Un viaje, un reencuentro con el pasado en el que, por más que se quiera olvidar, ahí está él con su tensionante presencia.
Un cuento corto y rápido que transcurre en el Metro de Medellín.
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