El Cronicario

Soy Fellini, el gato positivo

9 / 07 / 2019

Un gato llamado Fellini que vive tranquilo en el bosque de las memorias de sus humanos.

Mi nombre es Fellini. Así quiso bautizarme la humana.

NO me gusta viajar en la caja. Y este será mi único NO en toda la historia.

Me han alejado de mi mamá gato, después de que se llevaron a mis hermanas. Estoy un poco asustado, pero soy positivo, porque la humana va a quererme. Lo vi en sus ojos y además, me lo dijo pasitico antes de ponerme en la caja.

Hemos llegado a una casa chiquita. La humana ha puesto la caja en el piso y ha abierto la puerta. Salgo inmediatamente de allí, pues he decidido que nunca me va a gustar la caja. Me aventuro al mundo de la humana, que tiene libros y juguetes por todos lados. Pero debo tener cuidado, pues en casa hay otro gato que ha demostrado que no me quiere. Pero soy positivo, porque sé que va a quererme.

La gata Febe aún no me quiere, a pesar de que he estado aquí dos días. La persigo porque quiero ser su amigo, pero me grita y se encierra en el clóset de la humana. Pero, soy positivo, porque esta mañana trató de jugar conmigo con las pelotas de ping-pong que están por todas partes.

Ya he aprendido a usar el arenero. Cuando uso el arenero, la gata Febe se mete en él para asegurarse de que lo he hecho bien. Me gusta brincar por todas partes y comerme los libros de la humana. Ella grita como loca, pero después duerme conmigo y me abraza. Acompaño a la humana por todos los lugares de la casa. Ella habla, canta y baila y yo le contesto, canto y bailo con ella.

Últimamente llora mucho porque se siente sola, pero yo soy positivo y la sigo para que sepa que estoy con ella. Cuando ella duerme, yo la abrazo porque he decidido ser su gato de compañía.

Ahora vivimos en una casita de madera. La humana nos ha abierto a Febe y a mí una puertecita pequeña al lado de la suya. Ella nos prometió un bosque y dice que podremos jugar en él. Me he aventurado al bosque y juego con mariposas y cazo lagartijas que dejo en los zapatos de la humana. Recorro los jardines, me trepo en los árboles y me escondo. Maúllo fuerte, pues me hace gracia saber que la humana sale como loca a buscarme. Ella cree que estoy en peligro, pero yo soy positivo, porque sé que luego podré bajarme.

Cuando otros humanos vienen al bosque, salgo a saludarlos y les hago piruetas para que me acaricien. Me gustan los humanos, pero la gata Febe los detesta.

Últimamente estoy muy molesto, porque ha llegado otro humano a besar a mi humana, y no quiere irse de la casa. Le hago travesuras para que se vaya porque no quiero que la humana vuelva a llorar como antes. Tengo un nuevo NO en la historia y espero me disculpen, pero antes No tenía otros NO en mi peluda vida. NO me gusta la caja y NO me gusta que la humana llore.

Me escondo en el bosque para que la humana salga a buscarme, porque siento que se está encariñando más con el otro humano. Ella dice que estoy celoso y me llama su chiquitín, pero yo soy positivo y he decido llevarme bien con el otro humano.

Vivimos ahora juntos en una nueva casa, el humano, la humana, Febe y yo, el gato Fellini.

La humana hace todo el tiempo unos muñequitos con una lana suavecita en la que me gusta dormir. La humana me hace camitas calientitas, pero a mí me gusta dormir a los pies de la cama y arañar sus pies. A Febe no le ha gustado la nueva casa, pues pasan por el camino muchos humanos. Se ha ido y la humana está como loca. Pero, yo soy positivo, porque sé que estará por ahí escondida.

Febe regresó, por supuesto, y ahora estamos todos juntos sentados frente al fuego. Me gusta salir a saludar a los humanos que pasan por la casa. Salgo y les digo: Hola, que tal, soy Fellini, el gato positivo. Y me tiro en el camino y ellos acarician mi estómago.

Cuando la humana se va para la ciudad, yo la sigo pasitico y escondido, para que no se dé cuenta. Cuando me descubre en el borde del camino, me dice muy molesta: ¡Fellini, go back to home! Yo quisiera acompañarla, pero ella dice que me puede aplastar un carro… Entonces, me devuelvo a casa con el humano y todos esperamos a la humana juntos.

Nos hemos mudado de nuevo. Otra vez cajas y cajas en las que puedo esconderme. La nueva casa es más fría que las otras, pero aquí tengo más bosque para mí. Me han vuelto a poner mi medallita que dice: Fellini.

Me canso mucho aquí. Respiro menos aquí. Me siento un poco indispuesto aquí. La humana llora. La humana ha llorado toda la semana y me abraza. No me gusta que la humana llore. Entonces, decidí meterme en una cajita para no verla llorar. Pero ella me busca y siempre me encuentra.

Nos vamos a mudar de nuevo, pero esta vez la humana dice que es por mi bien y por mis pulmones. Y como soy Fellini, el gato positivo, yo le creo, y me meto a la caja, aunque NO me gusta.

Esta vez, el viaje duró mucho. NO me gusta la caja de transporte. Así que esta vez grito mucho para dejarlo claro. La nueva casa es calentita, el clima aquí es sabrosito. Me siento mucho mejor. Esta casa me gusta mucho porque estamos más juntos y juego más con Febe la gata. La humana sale más a la ciudad y… la extraño. El humano dice que la humana está trabajando. El trabajo parece no ser bueno, porque la humana no está mucho en casa. Pero yo soy positivo, porque estoy compartiendo más tiempo con el humano y creo que lo quiero.

NO me he sentido bien últimamente. El humano llora. La humana llora. NO quiero que el humano llore. NO quiero que la humana llore. NO me apetece comer. NO quiero que me lleven al hospital. Son muchos NO en un solo párrafo y recuerden que yo soy Fellini, el gato positivo.

Los gatos positivos vivimos poco tiempo y debemos irnos cuando todo se vuelve NO.

Acaricio las mejillas de los humanos. Soy positivo y estoy tranquilo, pues pronto voy a ser un pájaro, una hoja, un árbol, una flor, un caracol, una estrella.

Soy feliz y positivo, porque todo siempre va a estar mejor. El humano llora, la humana llora. Febe está escondida. La humana me dice al oído: Te amo Fellini. Y me voy tranquilo al bosque de sus memorias.

Fui Fellini, el gato positivo. Tuve un hogar y ahora tengo un bosque en el recuerdo de mis dos humanos queridos.

 

Para mi gato Fellini,

y para aquellos que saben

lo que es tener un gato en el corazón.

Fellini fue diagnosticado doble positivo: Sida y Leucemia. El parte médico de algunos veterinarios fue corta vida y tratamientos todos los días. Fellini se estresaba fácil y cada estrés bajaba sus defensas. Sin embargo, luego del parte médico, estuvo con nosotros un año más. Murió a los 3 años y medio de vida. Algunos recomiendan no adoptar gaticos con doble diagnostico o gatos positivos. Sin embargo a esto podemos anotar, que los gatos positivos merecen una oportunidad para tener un hogar que pueda llevar su tratamiento. Merece la pena. Cada día cuenta y ese es un gran aprendizaje.