Arte

El lipsync subterráneo de Tina Pit

18 / 09 / 2017

La artista Tina Pit conversó con Laterales Magazine sobre el lipsyn, arte que además de expresarse le permite liberarse.

Deambulando por las calles de Bogotá me he encontrado con diferentes manifestaciones artísticas que se alejan de las nacidas en la academia o del gran entretenimiento que brindan los medios masivos de comunicación. Hace dos años me topé con un festival llamado Treparte, en el que además de presentaciones artísticas se realizan charlas sobre diferentes asuntos, entre ellos el lipsync, una manifestación artística que aparentemente consiste en hacer  fonomímica  — como se le decía en mis épocas de colegio—  pero que tiene toda una puesta en escena y un contenido bastante interesante, particularmente cuando lo realizan artistas como Tina Pit, a quien conocí en este certamen.

Tina Pit es una artista transformista. Hace unos años llegó a Bogotá proveniente de Cali y ha hecho diferentes tipos de intervenciones y exploraciones artísticas a través de la fotografía, la poesía, el cabaret y, por supuesto, el lipsync. Junto a otras lipsynqueras, Tina Pit ha desarrollado un estilo diferente al que se ve en los show drag queen de Medellín. Sin duda es una artista que vale la pena ver y explorar. Por ese motivo decidí ir a otra de sus presentaciones, realizada el 13 de julio en Retro Bar, en el centro de Bogotá.

La presentación de Tina fue corta: sólo interpretó una canción y dejó la política a un lado  — o por lo menos eso dijo ella —, aunque hubo momentos en que le hizo fuertes críticas y luego se centró en el despecho.

Tin Pit Presentación en Transcabaretazo vol. 2.

Tina Pit haciendo lipsync. Foto de: Luis Gómez Echeverri.

La verdad no recuerdo qué canción interpretó Tina esa noche; estuve más centrado en ver el performance y la manera en que el público y las artistas generaban un ambiente de comunidad, algo que suelo sentir en eventos underground y que me hace pensar que esto no es tan lejano al punk como uno pudiera pensar en un primer momento.

Antes de la presentación de Tina decidí entrevistarla y preguntarle por el lipsync y su forma personal de abordarlo, pues es una manifestación artística con la que no estoy muy familiarizado; sin embargo, creo que comunica gran cantidad de cosas. Cosas que quedarían muy bien en un ensayo académico, pero quise plasmarlo de otra manera, para mostrar lo maravilloso que es el arte hecho en las márgenes de las ciudades. A continuación mi primera entrevista no musical – del todo –  y que espero no sea la única que se publique en Laterales.

Tina Pit haciendo lipsync. Foto de: Luis Gómez Echeverri.

Tina, ¿Cómo fue tu incursión en el arte y cuáles son las diferentes expresiones que te ha interesado abordar?

Mi incursión en el arte siempre fue a través del teatro. Básicamente hacía teatro en el colegio y en la universidad, pero en un momento dado me di cuenta de que el teatro necesitaba mucha logística, mucha gente y hacer más cosas. A veces el teatro está limitado por la dramaturgia y había dramaturgias que ya no me interesaba hacer. Yo estaba interesada en dramaturgos contemporáneos, cercanos, de la ciudad donde yo vivía, en Cali, y que hablaran de temas particulares que a mí me interesaba explorar en ese momento, como el tema de las identidades.

Cuando termino de hacer teatro, me vengo a vivir a Bogotá y me doy cuenta de que el tema es más complicado: yo no soy una actriz de formación, no soy una actriz de universidad y tengo muchos vicios como actriz. Entonces, me di cuenta de que si quería seguir haciendo cosas tenía que hacerlas yo sola y, como nunca pude hacer personajes masculinos, decidí empezar a trabajar desde mi cuerpo, mis posibilidades y mi feminidad. Además habían otros intereses como la poesía, el vídeo, la fotografía, pero desde lo autodidacta. También era un poco luchar contra la imposibilidad que te pone el sistema cuando no eres una artista académica: la lucha por sentirte en algún punto que también eras artista, porque siempre te dicen que tú no eres artista porque no eres de una escuela, no tienes un grado, no eres reconocida o no estás en una galería.

Además, hay un paso elemental, que creo que se dio, del teatro a la performance, o el arte acción, porque me permite hacer muchas cosas. La performance o arte acción me permite expresarme, que era lo que básicamente quería hacer. Recurro a diferentes técnicas, pero mi base es el cuerpo: el teatro, el cabaret, la acción y el lipsync, que era la herramienta que tenía más a la mano cuando empecé.

Tina Pit haciendo lipsync. Foto de: Luis Gómez Echeverri.

Háblanos un poco del lipsync

El lipsync es un arte subvalorado que tienen básicamente las transformistas, y que tiene una historia larguísima. El lipsync no es solamente el lipsync. El lipsync es la técnica de maquillarse, de vestirse, de montar un show y una coreografía. Y en términos de técnica teatral, el lipsync es lo mismo que una dramaturgia: tú coges la canción como un texto dramatúrgico, la analizas, te la aprendes, la exploras y la haces en un escenario. O sea, la ensayas, la vives.

El lipsync tiene toda una técnica que a mí me interesa mucho exaltar. Quiero mostrarle a la gente que esto no es tan sencillo: ustedes, actores y gente de la academia, pónganse en los tacones de nosotras y hagan un lipsync a ver si es tan sencillo como parece. Hay que tener una técnica, hay un ensayo y años de trabajo para que salga un buen lipsync, hay una cantidad de componentes emocionales, de cuerpo. Eso es lo que me interesa que la gente entienda: que es un arte menospreciado.

Aunque ahora hay un interés en la academia por nosotras, por el transformismo, y se están dando cuenta de que no es tan sencillo. Hay como un “descubrimiento”, porque nosotras siempre estuvimos al margen, dentro del underground, dentro de los bares y los circuitos de marginación. Pero hay transformistas que llevan mucho tiempo haciendo esto: 20, 15 o 10 años.

¿Por qué el lipsync es una expresión artística tan central en el transformismo?

Hay toda una historia frente a este tipo de cosas. Siempre ha habido transformistas en la historia del arte y del teatro, pero cuando se dan la marginación y la caza de las personas homosexuales, entonces nos vamos para los bares que no tienen recursos, los bares que no tienen cómo pagar una orquesta o un artista, pero que reciben a personas como nosotras. Entonces, cuando tenemos la necesidad de expresarnos a través de la feminidad — y no somos cantantes, no somos nada, pero somos histriónicas —, el lipsync nos permite interpretar demasiadas posibilidades. O sea, un cantante podría cantar dos o tres canciones. Los mejores pueden hacer diez. Pero nosotras, con el lipsync, podemos hacer cualquiera. ¿Sí? Podemos hacer como Lady Gaga o Rocío Durcal, y de ahí para arriba y de ahí para abajo. Y los bares marginales, cuando no tienen dinero para pagar un show, contratan a una transformista que puede hacer toda una gama de posibilidades en términos de arte y entretener al público. Particularmente los bares gays en ese momento.

Entonces, las que estaban antes de nosotras encontraron dentro del nicho del lipsync las posibilidades de ser: de estar en los bares, de mostrar su arte, de mostrar quiénes son, cómo se transforman, cómo viven. Digamos que el lipsync históricamente les ha permitido a muchas personas trans expresarse en términos artísticos en un sistema que no permitía que se expresaran de ninguna otra manera. Nosotras en ese momento no podíamos ser pintoras, no podíamos más que ser artistas en los términos underground, pues no podíamos salir a los bares, a las galerías, ni caminar por la Séptima. Vivíamos en el underground.

¿Y cómo es tu aproximación al lipsync?

Primero por las canciones que me gustaría cantar, pero que no canto o no sé cantar. Básicamente, soy una actriz, una persona histriónica, y escojo algunas canciones que me gustaría hacer en el escenario, pero que son canciones que no se hacen normalmente en los circuitos de lipsync.

Yo he ido transformando cómo uso el lipsync. Como soy una lipsyn que es transformista, un poco diferente a las demás, no tengo los mismos espacios que tienen ellas: no voy a los shows de las discotecas y me interesa meter otro tipo de contenidos más allá de la sola técnica del lipsync. Vinculo otros medios como el vídeo para transformar el significado de la canción y transmitir un mensaje que no es solamente de entretenimiento, sino que la mayoría del tiempo son cosas políticas, de experiencias sociales y de vida. Eso es lo que me interesa hacer a través del lipsync.

Después de hacer lipsync un tiempo, me harté un poco porque pensé que estaba limitada pero de cierta manera encontré la forma de expandirlo. Ahora hago cabaret y performance en los que vinculo al lipsync.

Ahorita hago otro tipo de trabajos, ya no me interesan tanto las identidades. Me interesan otros temas, en este momento en particular, como la misoginia y los feminicidios. Trabajo a partir de ahí y vinculo otras herramientas como el vídeo, la palabra y la poesía.

Ya que no participás de los circuitos habituales de las transformistas, ¿dónde te movés?

Yo gestiono mis espacios. Hago mis shows, mis cabarets y mis performances en donde yo quiera y pueda. Todo lo hago yo. A veces los hice en bares, pero no me fue muy bien porque el mismo tipo de trabajo que hago es más bien político y no tanto de entretenimiento. Tengo un humor particularmente negro que no es bien recibido, y mi estética no es lo que la gente está acostumbrada a ver en los bares.

La entrevista paró aquí porque ya iba a comenzar el show y Tina tenía que prepararse. Por mi parte, quedé muy satisfecho, aunque me hubiera gustado profundizar un poco más.  Creo que aclaré muchas cosas sobre el trabajo de Tina y el lipsync, una expresión artística que tiene varios puntos en común con otras expresiones underground como el punk o el cine clase B, que pese a no ser bien vistas por el arte académico invitan a la gente a expresarse de una manera más libre. En el punk se decía que “sólo necesitas coger un instrumento”, mientras que en el caso del lipsync “sólo necesitas treparte”.