Arte

Camo, un fotógrafo íntimo y provocador

25 / 05 / 2019

El reconocido fotógrafo habló de sus “camografías”, su interés por el retrato y la fotografía como provocación.

Hace un par de meses, mientras revisaba Instagram, encontré entre sus historias una información que me llamó mucho la atención: una invitación a hombres de todas las inclinaciones y gustos para la realización de una toma fotográfica. Las fotografías consistían en desnudos masculinos en los que el modelo posaba con el pene y los testículos ocultos entre las piernas, a manera de crítica a la masculinidad estereotipada.

Este trabajo, titulado Con el rabo entre las piernas, fue exhibido en la 14ª versión de ARTBO, realizada del 25 al 28 de octubre de 2018. Su autor, a quien contacté precisamente por Instagram, es Camilo Aguilera, mejor conocido como Camo, un cartagenero radicado en Bogotá que se ha dedicado al campo artístico de la fotografía. Entre sus series resaltan retratos mayoritariamente masculinos, en los que se conjugan el erotismo, la insinuación y lo que “no se puede mostrar”; mientras habla sobre la censura que recae en el cuerpo en los medios digitales. Además, ha realizado fotografía comercial, producciones para grandes marcas y editoriales para reconocidas revistas.

Luego de conversar, y aprovechando sus pocos días en Medellín antes de participar en ARTBO, me abrió un espacio en su apretada agenda, dedicada casi exclusivamente al trabajo de su proyecto artístico. Al final acordamos una cita en un café local, donde hablamos de sus búsquedas como fotógrafo.

José Rojo: Aunque saliste de Cartagena rumbo a Bogotá para estudiar cine, ¿por qué te inclinaste por la fotografía?

Camo: Bueno, la verdad [es que] el primer impulso sí fue el cine. El cine me llevó a la fotografía. Se supone que cuando uno aprende el arte, aprende primero a tomar fotos y después cine, ¿no? Por lo que el cine es fotografía. Pero bueno, la verdad es que estudié las dos cosas al mismo tiempo y me dejé llevar por la fotografía porque era un acto mucho más individual, era de verdad exponer los sentimientos de uno sin pasar por muchos filtros.

Entonces dije: la fotografía es algo donde yo me puedo expresar sin tener que depender de muchas cosas, de producción, de otras cabezas; todo es un acto muy individual. El cine es un acto muy colectivo, me encanta también, pero cuando uno se tiene que expresar a uno mismo es mejor ir por el lado más individual.

JR: ¿Qué elementos del cine retomaste para tu trabajo como fotógrafo?

CM: Siempre me influenciaron esas películas de carretera, las road movies que uno suele ver. [Pero] realmente lo que más me influenció del cine fue ese cine un poco realista: las nuevas olas a mí me encantaron —la francesa, el nuevo cine alemán— [porque] están cargadas de mucha etnografía. Yo cogí esa etnografía del cine que me gustaba —sobre todo del cine alemán y francés— y la mezclé con el arte de los 60, 70, 80 y 90, que era un poco más vivencial: el cuerpo, los performance, los happening y también esa luz natural que me encanta.

JR: ¿Cómo se construye Camo como artista?

CM: Bueno, Camo es un alter ego, es un personaje que creé y desarrollé. Yo me llamo Camilo, soy de Cartagena y en Bogotá, al tratar de entrar al mundo del arte, —en aquella época no estaban muy de moda los nickname, apenas estaban comenzando en las redes— dije, como para comenzar a hacer algo que de verdad trascienda, sea recordable y proponga una estética, “vamos a proponer un seudónimo”. Entonces Camo es la manera en la que obturo y las “camografías” tienen esa particularidad.

JR: ¿De dónde surge el concepto de “camografías”?

CM: Surge de la necesidad de diferenciarme de los demás, de crear un personaje. Uno como fotógrafo tiene que ser un personaje muy perspicaz, moverse mucho, ser su propio manager. Camilo no tenía esa personalidad, era una personalidad más bien callada, pasiva. Entonces dije: “¿por qué no crear ese personaje que de verdad llegue a la gente, que no le dé pena preguntar ‘¿te puedo hacer una foto?’; no le dé pena enseñar, hablar en público, mostrarse, los desnudos, ese tipo de cosas?”. Las “camografías” son un tema de provocación y de intimidad, por eso Camo también es un personaje con esas características.

JR: ¿Por qué el interés por el retrato y el ser humano?

CM: Es algo muy particular. Yo antes hacía cosas a las que uno llama naturaleza muerta, o “still life”. Me encantaban las cosas que encontraba por el piso, por la playa, tengo una serie increíble. Un amigo luego me dijo: “oye, tú en vez de estar recogiendo basura de la playa y haciéndole fotos —porque yo componía con las cosas que encontraba, una especie de “objet trouvé”, lo que hacía Duchamp— ¿por qué no retratas las personas y dejas de retratar edificios, casas, cosas que te encuentras, bodegones?”. Y comencé a retratar a lo único que tenía: mi material de trabajo que era mis amigos, mis amantes, la gente con que estaba, me relacionaba o tenía alguna relación; gente diversa, rara, que me llamaba la atención en la calle. De ahí comenzó, por el consejo de un amigo.

JR: Tienes tu propio trabajo, tu estética, pero ¿cómo es el trabajo comercial y con medios de comunicación? ¿Cómo conservas tu mirada personal, a pesar de las exigencias de un cliente?

CM: Gracias a Dios mi labor, en los primeros años de mi carrera, fue crear una estética: que alguien te diferenciara de los demás al ver una foto en una portada o cualquier cosa. Ese fue mi logro, que me reconocieran por cierta estética porque, ya cuando las “camografías” eran reconocidas, las marcas me veían como un artista con una estética muy fuerte. Mi estética no es ‘hagamos sólo desnudos’, porque si no, ninguna compañía me llamaría; es como cierta libertad en hacer las fotos, toda la espontaneidad. Proponía una estética para mí, las empresas llegaban y me contratan porque buscaban esa estética.

JR: ¿Cómo es el montaje, o, mejor dicho, la construcción de toda la escena para tus fotografías?

CM: La gente cree que la improvisación es algo de músicos y actores, pero en la fotografía también existe esa improvisación. Considero que me encanta esa parte, me encanta conseguir un buen equipo de trabajo y decir: “esto es lo que tenemos, hagamos.  Salgamos, viajemos, reunámonos en cierta calle de Bogotá o en un apartamento”. Todo el mundo, gracias a Dios, me copia lo que yo propongo. Mi producción por un lado es eso, pero ya cuando es comercial hay una dirección de arte, alguien con quien yo trabajo de la mano, que se encarga de esos temas súper de producción y de arte. Entonces, manejo esos dos ámbitos de producción, yo solo me encargo de dirigir, ver que esto esté bien, que me guste, que vaya con lo mío, con lo que se está buscando, con lo que busca el cliente y listo.

En cuanto a lo personal, me gusta improvisar. Cuando digo “improvisar” no es que el resultado sea malo, hay personas [a las que] que no les gusta o no saben improvisar, pero a mí me va bien y tengo el equipo de trabajo que sabe trabajar conmigo y yo con ellos. Eso de improvisar para nosotros es crear a la marcha.

JR: ¿Prefieres lo análogo o lo digital?

CM: Prefiero las dos, pero aprendí con lo análogo y me encantó, es una magia diferente. Pero hay que ir con la corriente y estamos en lo digital, en los medios y la inmediatez. Uno es también un fotógrafo comercial y depende de la exigencia del medio. Cuando yo estudiaba cine, defendía el vídeo porque era la manera más pronta y asequible de uno crear; y ya si tienes las facilidades de crear, ya sea digital o análogo, tú debes elegir cuál es el camino más fácil, que en este caso es lo digital. No tengo preferencias, solamente trato de sacarle provecho a ambas. Al medio no le gusta lo análogo, los clientes creen que no rinde, que puede haber el peligro de que no se releve el rollo o que se pierda, mil cosas. La gente ya busca ser digital. Yo intenté siempre hacer las dos cosas, pero los clientes borraron ese tema, es totalmente artístico el 35 milímetros.

JR: ¿Para ti cuál es la importancia de la fotografía?

CM: Es un arte, el arte por un lado entretiene y por el otro provoca, incita, enseña. Es imposible verle un lado negativo a la fotografía, por cualquier lado es necesaria.