Editorial
Fiesta del Libro y la Cultura 2020: entre lo virtual y la fatídica realidad
18 / 10 / 2020
Un balance de la 14° Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, que este año tuvo que realizarse en la virtualidad debido a la pandemia.
Fue una Fiesta del Libro y la Cultura atípica. Extrañamos ir al Jardín Botánico, encontrarnos con amigos, ver a los invitados de cerca; mirar, tocar y leer libros; caminar entre carpas, tarimas, colores, sonidos y gente sin sentir el tiempo. Mejor dicho, ese compartir que propician la palabra y la cultura.
Y, sin embargo, la ciudad de los libros volvió a abrir sus puertas a pesar de la pandemia y ello fue posible gracias al esfuerzo de todo el equipo de Eventos del Libro. Eso demuestra una cosa: más allá de mantener activa una agenda cultural en estos días de crisis y parálisis, la Fiesta del Libro y la Cultura es un evento de ciudad, algo por lo que ya es reconocida Medellín dentro y fuera de ella. Por eso, haberla cancelado este año habría generado un agujero enorme, tanto para el público como para el sector del libro. Ya desde sus organizadores queda la tarea de potenciarla mucho más como marca ciudad, sobre todo cuando en 2021 cumple 15 años.
La programación, las charlas, los invitados, las presentaciones de libros, las exposiciones, los conciertos, los talleres y demás actividades destacaron por su nivel y diversidad. Es de rescatar la realización por primera vez del Salón del Cómic y la Ilustración, lo que da cuenta del impacto que tienen en la ciudad y el país ambas expresiones. Si bien es difícil hablar de una escena del cómic y de la ilustración en unas Medellín y Colombia tan volátiles, sí hay muchos autores e ilustradores que están aportando narrativas, visiones, talento y demás para consolidarla. Algo que no se puede eludir y que, esperamos, el próximo año se le dé la misma fuerza.
Es de reconocer también la realización de los ya tradicionales salones del libro universitario y de editoriales independientes, que dan cuenta de un panorama editorial cada vez más diverso en Medellín, Colombia y Latinoamérica. De hecho, días antes de la 14° edición de la Fiesta, se realizó el Salón Iberoamericano del Libro Universitario y en los lanzamientos de libros hubo una fuerte presencia de libros publicados por sellos independientes y universitarios. Eso demuestra lo importantes que son este tipo de editoriales porque, además de hacer libros con rigor, calidad y esmero, dinamizan al sector del libro y aportan variedad.
Ahora bien, más allá de la Fiesta del Libro y la Cultura, más allá de programas como Salva una librería, más allá de difundir información en sus redes sociales y en su sitio web sobre las editoriales independientes y universitarias, ¿qué más van a hacer, desde Eventos del Libro, la Secretaría de Cultura Ciudadana y la Alcaldía de Medellín para apoyarlas en estos tiempos difíciles? ¿Han contemplado la posibilidad de hacer compras de libros a estas editoriales para, por ejemplo, distribuirlos en todas las bibliotecas del Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín? ¿Han pensado en apoyar a los autores locales, más allá de ponerlos a competir cada año por un Estímulo al Arte y la Cultura? ¿Han pensado en hacer ruedas de negocios con libreros, editores, editoriales y demás actores del sector libro durante el resto del año? Está bien dinamizar al sector del libro con eventos, más cuando todo el mundo cultural ha tenido que paralizarse debido a la pandemia; pero los eventos se acaban y el resto del año no hay que quedarse de brazos cruzados.
Puede que el énfasis de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín no sea lo comercial (como sí ocurre con la Feria Internacional del Libro de Bogotá, FILBo), pero si un sector como el del libro mueve 254.850.395 millones de pesos para un promedio de 52 libros vendidos cada hora, es obvio que hay que fortalecer lo comercial, pensando siempre en lo local y con miras a lo internacional.
Otras cifras que nos dejó esta versión virtualizada de la Fiesta del Libro y la Cultura fueron sus visitantes, que alcanzaron la cifra de 303.538 visitas a sus actividades tanto en redes sociales, como en el mapa interactivo del Jardín Botánico; pero al mismo tiempo se promovió una muestra comercial a través de su plataforma interactiva, donde 160 expositores pudieron vender sus productos y se alcanzaron ventas por más de 254 millones de pesos.
Estas cifras nos hacen pensar que lo virtual debe fortalecerse, pero no se debe dejar un lado el encuentro físico, que ha demostrado ser tan necesario durante los largos meses de aislamiento. La Fiesta del Libro y la Cultura parece entonces apostarle a lo virtual como la Feria del Libro de Fráncfort, que se realizará desde el 14 al 18 de octubre de manera virtual y que tuvo, el año pasado, alrededor de 300.000 visitantes, una cifra similar a la informada por la Fiesta de Libro en Medellín en esta versión virtual.
La Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín nos deja un balance positivo en medio de la tragedia que ha sido la Covid-19 para el sector editorial colombiano. Pero, al mismo tiempo, deja la pregunta sobre qué tan viable será mantener los encuentros virtuales en un mundo del libro donde, precisamente, se hace tan necesario poder ver, tocar, sentir y disfrutar los libros. Para la organización quedará la tarea de, en 2021, ofrecernos una agenda equilibrada entre lo virtual y lo real, donde las personas puedan tener ambas opciones y escojan la que más les convenga, al tiempo que se fortalezca la imagen del certamen a nivel internacional.