Fiesta del libro

Más de treinta años caminando Tierra Media: Entrevista a Martin Simonson

21 / 08 / 2019

Martin Simonson el traductor al español de la obra de J.R.R. Tolkien, nos habla de estos treinta años explorando la Tierra Media.

Martin Simonson ha sido, para gran cantidad de lectores de fantasía hispanohablantes, uno de nuestros grandes héroes, así muchos no conozcan su nombre o lo asocien directamente con su trabajo más renombrado. Académico, docente, novelista y traductor sueco, es ampliamente reconocido por ser el traductor al español de la obra del maestro J.R.R. Tolkien, creador de la Tierra Media (El Señor de los Anillos, El Hobbit, El Silmarillion, entre muchos otros). Como invitado especial de la Fiesta del Libro y la Cultura en su versión número 13, Laterales Magazine realizó la siguiente entrevista, orientada a la relación de Simonson con el maestro, su trabajo personal y los viajes y travesías dentro de la Tierra Media a los que muchos tuvimos un acceso afortunado gracias a su labor como traductor.

En primer lugar, la pregunta casi obligatoria: ¿cuál fue tu primera relación con el mundo literario de Tolkien, y por qué decidiste traducirlo al español?

Mi primer contacto con Tolkien tuvo lugar a los nueve años, cuando unos amigos me dejaron una versión en cómic de la adaptación animada de El Señor de los Anillos de Ralph Bakshi. El cómic, igual que la adaptación, no recogía el argumento entero del libro — la película quedó inconclusa — pero sirvió para despertar mi interés por el universo de Tolkien. De hecho, nos inspiró a todos a inventarnos posibles desenlaces y desarrollos argumentales… Estas historias, lógicamente, quedaron descartadas cuando unos años más tarde leí El hobbit, y después El Señor de los Anillos. Tras estas lecturas quedé tan impresionado por la majestuosidad del mundo y por la visión imaginativa del autor, que quise saber más sobre la enigmática figura de Tolkien. En la estantería del salón de mi casa había un ejemplar de la biografía de Carpenter. A partir de allí, ya no pude parar.

Comencé a traducir a Tolkien gracias al director de mi tesis doctoral, Eduardo Segura, cuando éste me pidió que le ayudara con la traducción de Tolkien y la Gran Guerra, de John Garth. Acabé traduciendo varios capítulos del libro y cuando Minotauro quiso publicar Beowulf, con Sellic Spell en español nos encomendaron la tarea de traducción a los dos. Después, continué casi por inercia con las nuevas ediciones de El Señor de los Anillos, La historia de Kullervo, Beren y Lúthien y La caída de Gondolin.

Al enfrentarse a un maestro, no sólo de la literatura fantástica sino también un filólogo ejemplar, el cual hizo uso de diversas raíces idiomáticas para su propia obra, la pregunta sería ¿cuál ha sido el mayor reto al momento de traducirla?

Uno de los retos tiene que ver con el particular lirismo y el tono arcaizante que está presente en muchas obras de Tolkien. Como las palabras en su mayoría provienen del mundo germánico, y muchas están empleadas en formas antiguas para evocar hechos y ambientes que son ajenos al mundo hispano, no siempre resulta sencillo encontrar la equivalencia más cercana. Cada nueva traducción también debe encajar estilísticamente con el resto de la obra de Tolkien ya traducida. Prácticamente todas sus expresiones literarias están interrelacionadas, y por ello es importante que el traductor conozca bien el conjunto del legendarium del Profesor. Pero también hay que tener en cuenta las investigaciones del Profesor. Las especulaciones filológicas de Tolkien están presentes en su obra literaria de muchas maneras, lo cual queda revelado de manera muy clara en su propia traducción y comentario de Beowulf y en el relato que lo acompaña, “Sellic Spell”.

Otra consecuencia de la vasta erudición filológica de Tolkien es que su obra literaria a menudo incorpora un diálogo entre varias tradiciones literarias históricas. Esto presupone que el traductor debe conocer y ser capaz de emular, hasta cierto punto, los registros presentes en la épica clásica, el romance medieval, la novela pseudomedieval del XIX y la novela de aventuras británica, por mencionar sólo algunos géneros. En otras palabras, para hacer frente a la tarea de traducir a Tolkien hace falta estar bastante familiarizado con los grandes clásicos europeos.

Traducir a Tolkien es muy gratificante, porque uno aprende mucho traduciendo al Maestro, pero a la vez me resulta un poco frustrante, ya que por mucho que revise la traducción, parece que nunca quedo del todo contento con el resultado.

Tolkien buscó, y de alguna manera logró, crear un corpus literario/mitológico para la Inglaterra de su época; ¿por qué creerías es importante que lectores de otros países, como España, o incluso de otros continentes, específicamente Latinoamérica, tengan la posibilidad de conocer su obra?

En mi opinión, cualquier expresión literaria que sea capaz de abrirnos los ojos a otras realidades es muy valiosa, proceda de donde proceda. La obra de Tolkien, en concreto, sintetiza y expresa el legado mitológico, cultural y literario de Inglaterra de un modo muy accesible para un lector no versado o siquiera familiarizado con la historia de dicho país. Sin embargo, puesto que Inglaterra es uno de los lugares más mestizos de Europa en cuanto a la influencia de culturas, lenguas, mitos y tradiciones, leer a Tolkien y estudiar las referencias enhebradas en su tapiz literario nos despierta al legado cultural no sólo de Inglaterra sino de buena parte del Norte de Europa, y también del Sur — un hecho inevitable, dados los profundos conocimientos de Tolkien de la historia y cultura del Viejo Continente. La obra de Tolkien incita a aprender más sobre la cultura celta, escandinava y germánica, junto con sus lenguas y literaturas, pero también sobre la mitología grecolatina y los romances medievales continentales. La obra de Tolkien nos abre una sugerente puerta de acceso a estos universos, lo cual tiene un mérito incalculable.

Una de las características de la literatura sobre la Tierra Media es la enorme cantidad de fanáticos que ha adquirido con los años, los cuales crecieron exponencialmente con la aparición de las películas; en este sentido ¿cómo ha sido la relación con los lectores, especialmente con aquellos que la leen en varios idiomas?

Hay reacciones de todo tipo. Por ejemplo, está la postura de los puristas — tanto los fans como los académicos — para quienes no habría que tocar ni un detalle en el universo creado por Tolkien. También está la respuesta de aquellos lectores y fans ansiosos de conocer los posibles desarrollos de aquellas historias que Tolkien dejó inconclusas o meramente esbozadas (por ahí podrían ir los tiros en la nueva serie de Amazon, pero eso es sólo una especulación). Una tercera respuesta es la actitud de aquellos fans que, motivados por un afán más bien coleccionista, consumen casi cualquier producto relacionado con la obra de Tolkien con tal de que éste tenga alguna vinculación con la Tierra Media. Personalmente me inclino por la postura del segundo grupo.

El propio Tolkien estaba en contra de adaptar la literatura fantástica al cine. En su opinión, las representaciones visuales y auditivas generan otro tipo de efecto en la mente del espectador con respecto a la reacción provocada por las palabras en un lector, puesto que, en una película, la realidad ya está diseñada e imaginada. Sin embargo, en una de sus cartas, Tolkien también expresó su deseo de que “otras manos” dieran continuidad a su legendarium, expandiéndolo con sus propias interpretaciones artísticas — fuera música, pintura o arte dramático. El hecho de que su obra ahora esté en proceso de adaptación en realidad casa bastante bien con las propias convicciones de Tolkien, quien resaltaba la necesidad de aceptar el arte como un Don y facilitar que las expresiones de ese Don puedan “saltar de mente en mente”, al igual que la “luz refractada” a través de un prisma, como viene a decir en su poema ‘Mitopoeia’.

La Fiesta del Libro de Medellín tiene como tema este año los viajes y las expediciones. Tanto la literatura como la vida misma están llenas de ellos, pero sólo la literatura nos permite viajar a tierras inexistentes. ¿Cuál ha sido el viaje a las tierras creadas gracias al fuego de Erú que más has disfrutado?

Hace más de treinta años que acompañé a Bilbo y Frodo en sus viajes por primera vez y, aun así, todos los años sigo dejando mi casa y mis comodidades por un tiempo para seguir explorando el mundo evocado por el Profesor. La obra de Tolkien es tan rica, que cada nueva lectura revela nuevos detalles. Más allá de Tolkien, las tierras imaginarias que más me han conmovido son Terramar de Ursula K. Le Guin, y Prydain de Lloyd Alexander. No por las historias en sí, en primer lugar, sino por sus cualidades literarias. Ambos escritores consiguen transmitir la esencia de los elementos primordiales del mundo de manera poderosa (lo cual es algo que también Tolkien resalta como una de las principales cualidades de la buena literatura fantástica). Nos golpea el viento que empuja la barca de Ged, y el agua salada nos salpica mientras estamos con él en medio del vasto mar. Podemos sentir la hierba y el barro de las fértiles riberas de Prydain bajo nuestros pies cuando caminamos con Taran. Son dos mundos maravillosos, en todos los sentidos de la palabra.

Aunque eres reconocido principalmente por ser el traductor del maestro, nos gustaría saber qué otros proyectos, pasados o futuros, quisieras mencionar desde tu carrera: ¿viene alguna traducción de otra saga de fantasía? ¿O incluso una traducción al español de tu última novela, Rörelser i skogen?

Hace poco terminé una nueva traducción de Las Cartas de Papá Noel, de Tolkien, y ahora estoy enfrascado en la traducción de una obra de fantasía épica de Jonathan Alwars, ambientada en la mitología asturiana, que me resulta muy sugerente.

En cuanto a proyectos propios, a veces ocurre que se junta todo de golpe, lo cual está sucediendo en estos momentos… Tengo bastantes cosas entre manos, en diferentes fases de desarrollo. Por un lado, estoy revisando la primera parte de una tetralogía de fantasía titulada El guardián sin rostro, escrita con R.M Gilete y dirigida a lectores jóvenes. El primer título, El viento de las tierras salvajes, se publicará en noviembre/diciembre del presente año. En lo referente a proyectos en inglés, estoy dando los últimos toques a una novela titulada Tierra Media 5.0, en la que seguimos los pasos de una expedición a la Quinta Edad imaginaria de una versión virtual de la Tierra Media. La premisa fundamental de la historia pone de relieve los problemas derivados de nuestra existencia en la frontera entre el mundo virtual y en mundo “real”, y habla también sobre la influencia del “fandom” sobre la visión de Tolkien. El libro se publicará en inglés en 2020, en formato grande y con fotografías de Thomas Örn Karlsson.

Por último, en sueco publicaré la novela Gränslandet, un “spin-off” de la mencionada Rörelser i skogen. Le acompaña un corto y una exposición fotográfica. Se trata de un thriller existencial con tintes de ciencia ficción, que será traducido en función del interés que puedan tener las editoriales españolas y latinoamericanas. Tanto el libro como el corto se presentarán en París, junto con una exposición fotográfica, a principios de octubre.