Música

Ernán López-Nussa: “La improvisación es creación”

29 / 10 / 2019

En su reciente paso por Medellín, el reconocido pianista Ernán López-Nussa conversó con Laterales Magazine.

De Ernán López-Nussa, un coloso de la canción latinoamericana como es Silvio Rodríguez, dijo estas palabras: “Una de las cosas que más me conmueven de Ernán López-Nussa es como se acoplan en él lo singular y lo gregario. Es tan capaz de la exquisitez más callejera como de la cotidianidad más elaborada”

Nacido en La Habana, Cuba, en 1958, López-Nussa es uno de los pianistas más excelsos que ha dado la isla. Formado en los conservatorios Alejandro García Cartula, Amadeo Roldán y el Instituto Superior de Arte, en 1977 fundó la agrupación Afrocuba, integrada también por Nicolás Reinoso, José Carlos Acosta, Fernando Acosta, Roberto García, René Luis Toledo, Ángel López, Tony Valdés, Mario Luis Pino y Anselmo Febles, y que resonó en el panorama musical isleño por su experimental mezcla de ritmos populares cubanos con jazz y otros géneros musicales.

Tras su disolución en 1980, la agrupación volvió a formarse en 1981 y trabajó junto a Silvio Rodríguez. Posteriormente, López-Nussa ingresó a las agrupaciones Cuarto Espacio y Grupo Síntesis, y alrededor de 1993 formó un cuartero junto a Inor Sotolongo, Jorge Alexander, Ramsés Rodríguez.

De ahí en adelante cultivó una prominente trayectoria que ha sido aplaudida hasta el día de hoy. En su haber cuenta con 17 producciones discográficas –tres de ellas reconocidas con el premio Cubadisco, entregado durante la Feria Internacional del mismo nombre, que cada año realiza la industria discográfica cubana para reconocer a los artistas más destacados en la isla–, actuaciones y colaboraciones con astros como Joe Zawinul, Arturo Sandoval, Steve Turre, Tata Güines, Changuito, Carlos Varela, Luis Eduardo Aute, el mismo Silvio Rodríguez, Omara Portuondo y Sting, e importantes distinciones como la Medalla Alejo Carpentier.

Alemania, Argentina, Colombia, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Jamaica, México, Perú, Suecia y otros países han sido cautivados por el elegante pianismo de López-Nussa, quien ha combinado su rigurosa formación académica con toda la riqueza y tradición musical cubana, la frescura del jazz y la variedad de ritmos contemporáneos para crear un sonido cargado de vitalidad, sofisticación y diversidad que ha sido aplaudido por el público y la crítica de manera unánime.

Medellín fue uno de sus escenarios recientes, y hasta la capital antioqueña llegó para presentarse en el Parque Cultural Nocturno de la Feria de las Flores y el Festival Medejazz, certamen en el que participó con la agrupación que conformó en 2013 con su hermano Ruy Francisco y sus sobrinos Harold y Ruy Adrián, y que ha fascinado a muchos en escenarios de Cuba y el mundo con sus temas propios y la fascinante y divertida mezcla que hacen de jazz con ritmos cubanos.

El 30 de octubre volverá a la capital antioqueña para participar en el lanzamiento de En contextos, segundo disco de Maestrío, trío paisa conformado por Ulises Hernández, Elkin Velásquez y Jiovanni Gil, y que le ha dado al bolero de siempre un nuevo aire al introducirle jazz, son cubano, música brasilera y otros ritmos.

La cita será a las 8:00 p.m. en el Teatro Universidad de Medellín y además de Maestrío y Lopez-Nussa (quien estuvo a cargo de los arreglos) participarán el también cubano Yelsi Heredia en el contrabajo, Juan Guillermo Aguilar en la batería, Camilo Barrera y William Tronconis en la percusión.

Con su profundo acento cubano, López-Nussa habló con Laterales Magazine de los sonidos de su infancia en La Habana, de cómo se toma muy en serio la improvisación en el jazz y la fascinación que tiene por Colombia, por su café y su música.

Usted reside actualmente en Cuba, concretamente en La Habana. ¿Qué recuerdos conserva de La Habana de su niñez y qué sonidos lo transportan a ese momento de su vida?

Ummm… hay que pensar un poco. Bueno, un cantante como Pacho Alonso es alguien que me viene siempre con unas canciones muy pegajosas y siempre fue una persona muy querida por el público. Eso lo supe después, pero te estoy hablando yo con cinco o seis años… y más tarde descubrí que era alguien que no por gusto me había gustado, sino de alguien que realmente admiraba mucho su manera de interpretar y tenía después seguidores. Pronto, muy pronto, supe de Tata Güines y ¿sabes? es como cuando conoces una música, un creador o un intérprete de otro país, siempre te parece como que es alguien de…no sé, lo ves en otra dimensión, nunca lo sientes como un ser humano como tú ¿no?, siempre lo ves de otra manera, y Tata Güines me parecía que era extraterrestre (risas).

Esos son sonidos que me vienen como recuerdos de niño y yo creo que esas son de las cosas que te van conformando, tus gustos, tus preferencias y digamos tu estética, de lo que vas a exponer después.

Viene de una familia de músicos, ¿qué influencia ejerció en usted ese detalle y qué aprendió de sus padres y hermanos?

Respondiendo todavía algo de la pregunta anterior, otra de las voces que me cautivaron y todavía lo siguen [haciendo] es Bola de Nieve, que era otro de los grandes y [con el que] yo podía apreciar un fuerte arraigo a las raíces, a la música afrocubana, con un pianismo académico, un pianistazo excepcional. Con una voz que no pretendía cautivar los grandes escenarios, pues sí lo logró. Quería decirlo porque son diferentes sensaciones y sentimientos que me han quedado, y te podría mencionar muchísimos más, pero bueno… ¿estabas hablando de mis recuerdos de la niñez? Esos son de los principales.

Y la otra pregunta: bueno, mi entorno era muy favorable para hacer música: mi madre es pianista, aunque no profesional, y mi padre intelectual; siempre estaba rodeado de intelectuales, creadores, escritores, gente que yo creo, y después descubrí, que conformaron mi sentimiento hacia lo cubano, artistas muy importantes, ya fueran de la plástica e incluso la misma música. Todo esto favoreció no solamente el hecho de que me propiciaran estudiar piano y música, sino un entorno donde también me cultivaba y mi espectro crecía mucho más. No estaba solamente conforme con la música, sino con todo lo que sucedía a mi alrededor. Y, de hecho, eso ha sido y sigue siendo muy importante para mí, todo el entorno entra a jugar un papel muy importante en mi quehacer.

Usted se formó como músico de conservatorio, pero buena parte de su trayectoria se ha decantado por el jazz. ¿Cómo fue su encuentro con el jazz y qué lo sedujo de este género?

Mi encuentro con el jazz primero fue en mi casa. Mi madre tenía una gran colección de discos y desde muy joven empecé a escuchar a los grandes. Puedo mencionar a muchos, pero los más importantes primeros discos que escuché fueron [de] Miles [Davis], [John] Coltrane, Count Basie, Louis Armstrong…y te puedo decir más, no solamente Miles, sino el pianista que tocaba con Miles, Wynton Kelly, que para mí es el papá de Herbie Hancock y de muchos. Y me sigue gustando más que muchos, aun con el paso del tiempo [es] uno de los grandes pianistas.

Y por supuesto bajistas como Paul Chambers y así. Te puedo mencionar todos los músicos que participaban con estos grandes artistas y creadores, Duke Ellington por supuesto, Ella Fitzgerald…una gran colección de bossa nova, muy importante, que venía de Francia; esa música era imposible conseguirla en Cuba, no se conocía, y para mí fue vital. Ahí conocí todos los grandes de la música brasilera, cuando el boom del bossa nova.

Ese fue mi entorno. Todos estudiamos música académica pero tuvimos la gran oportunidad de escuchar mucha música en casa y el jazz fue una de las que primero [se] cultivó.

La música cubana ha tenido un fuerte influjo en su estilo pianístico; ¿podría decirse entonces que hace jazz cubano? ¿Cómo ha logrado unir el jazz con la música cubana?

Bueno, estamos hablando de sentimientos. Yo lo que hago es música cubana a través del jazz, o jazz a través de la música cubana, no se sabe muy bien dónde empieza una y dónde termina otra. Y lo digo así porque conozco los dos sentimientos y eso es lo más importante para poder navegar entre ellos dos, saber bien en qué agua estás nadando.

Y en sentido general, pues lo que hago es apropiarme de la música, así sea que toque un stand up, yo tengo que convertir ese stand up en una composición mía, o sea, ya me pertenece a mí; esa versión que yo hago es mi versión en mi canción. “Bilongo” es de Rodríguez Fiffe, pero ese “Bilongo” que yo hice es mío, igual que “Capullito de alelí” y muchas canciones. Con la misma seriedad con que yo hago un stand up y me lo apropio, yo hago mis canciones. No hay distinción ahí.

Hay un elemento determinante en el jazz y es la improvisación. ¿Cómo define Ernán López-Nussa la improvisación?

La improvisación es creación. Es composición. Solamente hay una cosa, vamos a poner las cosas en el orden en que van: tú eres músico porque tienes aptitudes musicales, si no las tuvieras no puedes tocar un instrumento. Tienes que tener ritmo, capacidad armónica, una serie de atributos. Los tienes y después te pones a trabajar, porque no solamente con el talento puedes lograrlo, tienes que trabajar muchas horas, mientras más trabajes, más frutos tendrás. Digamos que ya tú tocas el instrumento, bien, ahora qué estilo quieres aprender a tocar. “Yo quiero aprender jazz”, entonces empieza a conocer el lenguaje del jazz. Si tú eres un creador, tú creas música, tú eres un improvisador, la improvisación se estudia, no es algo de “ah, ahora voy a improvisar” ¿y qué cosa vas a improvisar?, ¿vas a improvisar qué estilo? ¿música mexicana? ¿música barroca? ¿qué estilo de barroco? ¿italiano? ¿español o alemán? ¿o latinoamericano?

Cuando la gente habla de improvisación piensa en música latina en general o en jazz, [pero] la improvisación es la improvisación, uno está creando. Mozart improvisaba y llevó sus improvisaciones al papel, eso es una improvisación. Ah, ¿qué es lo que cuesta trabajo en la improvisación? Es que tú tienes que ordenar todo eso que vas a exponer en ese momento, entonces el éxito de la improvisación es la morfología de la improvisación, cómo tú seas capaz de hacer una dramaturgia en ese momento, para eso tú tienes que tener un background, tú tienes que haberte preparado pa’ eso. Esa es la improvisación.

Además de la música cubana, ¿qué otras músicas lo han influenciado en su estilo pianístico y qué ha tomado de todas ellas?

Bueno, todos los clásicos que yo estudié, me imagino cómo tocaría Chopin sus obras o cómo las tocaría Litz, todo eso me ha influenciado. Después, todos los intérpretes de esa música, los rusos, tuve profesores rusos de varias asignaturas. Todo esto va conformando un gusto y una apreciación hacia la música en general, grandes intérpretes de la música clásica tienen que haber influenciado en mí, o grandes intérpretes de la música popular y jazz… ayer mismo [5 de agosto], por ejemplo, estaba escuchando la Filarmónica de Medellín con este proyecto maravilloso de las canciones de Serrat con tres cantantes [López-Nussa se refiere a Medellín le cana a Serrat, tributo realizado por los cantantes Pala, Alejo García y Mónica Zuluaga junto a la Orquesta Filarmónica de Medellín], y como mismo disfrutaba los cantantes, pues también estaba disfrutando [la orquesta]. Había dos pianistas, el arreglista y otro allá atrás, que desde donde yo estaba no se veían, pero de repente escuchaba un piano maravillosamente tocado y [decía]: “pero, ¿quién es ese?, yo veo que en este momento no está tocando el que tengo aquí cerca. Ah, espérate que hay otro piano por allá”, entonces mi oído se fue para allá y eso es algo que tú no puedes evitar. Así pasa en toda la vida, uno escucha algo y ese algo se queda ahí, no se escapa si es algo que te conmueve y logró entrar en ti.

Así que influencias, yo creo que todo lo que he podido, he sido capaz y todavía soy capaz de [escuchar]. Ahora mismo uno de los pianistas que también ha influido en mí, en ciertas cosas y lo reconozco, es Brad Melhdau, me parece un genio y un buen día leía en un artículo que ha sido en estos últimos años el pianista más influenciable, es increíble lo joven que es para haber influenciado a tanto pianista hoy en día, después de haber tanta música en este mundo y tantos excelentes pianistas y creadores, que aparezca un Brad Melhdau con una propuesta totalmente… woow, ¡¿por dónde viene este?! Eso realmente a mí me parece muy atractivo, hay cosas de él que, he descubierto, las reproduzco y las disfruto porque es algo que me nutre.

Cuéntenos de sus actuales proyectos ¿qué lo ocupa en estos momentos? ¿Qué paso quiere dar este año y los que quedan?

Ufff… bueno, en este momento estoy casi “trabado” con varias producciones mías de discos, diferentes proyectos cada uno. Ahora el más inmediato es un disco que se llama Pas de deux, atendiendo a mi discografía en la que hay un disco que se llama Pas de trois; es una nomenclatura para ballet, un paso de tres [y ahora un] paso de dos, paso de tres porque era un trío y ahora dos porque voy a hacerlo en dúos, voy a invitar músicos con los que he hecho algún trabajo en alguna ocasión y otros que me inspiran mucho.

También haré cosas de piano solo, pero voy a hacer dúos conmigo mismo de versiones de canciones mías y, como había contado ya en otro momento, estoy incursionando ahora con el vibráfono y en este disco me voy a acompañar a mí mismo, voy a tocar el vibráfono acompañado por el piano que seré yo también, Ernán toca a Ernán (risas). No es el disco entero así, pero sí habrá una canción así, también lo pienso hacer con Harold, que [él] me acompañe una pieza en el vibráfono.

Esto es lo más inmediato que voy a hacer, pero tengo dos más por hacer, ya preparados, casi, y hay otro proyecto más que es con sinfónica, es un trabajo que ya inicié pero que no quedó bien y quiero terminarlo bien. Eso me va a tomar parte de este año y del próximo, y es lo que más me tiene la mente ocupada para estos próximos meses y años.

Y por supuesto otros proyectos, ahora empecé uno con Haydée Milanés que pienso va a ser un trabajo muy bonito, tenemos que desarrollarlo bastante pero vamos a hacer unas primeras actuaciones ahora y eso nos va sirviendo para ir creando un buen repertorio.

Estas cosas, básicamente, son las que más tengo presentes, amén de lo que pueda surgir con el trabajo de la familia que es un concierto…siempre con diferentes proyectos, pero esto es lo que más me tiene ocupado.

En otras ocasiones ha visitado Colombia ¿qué recuerdos conserva de esta tierra? ¿A qué le suena Colombia y a nivel musical, especialmente en jazz, qué resalta de nuestro país?

Bueno, lo primero que te puedo decir es del excelente café que tiene Colombia, soy muy cafetero y me gustan los “cafeces” (sic) de diferentes aromas y el colombiano es un café extraordinario. No podía ser de otra manera, donde se hace mucha música tiene que haber buen ron y buen café; así que chico, yo he tenido influencia de toda América pero Colombia es algo especial como Venezuela, son dos países que me han nutrido mucho por la variedad y tú te das cuenta que no puede ser de otra manera cuando visitas el país, hay ciudades que te parece estás viendo de un país a otro, por supuesto cada uno tiene su ambiente musical.

Hace poco conocí a Totó La Momposina y para mí es de las más grandes artistas y creadoras que yo he podido escuchar de todos los tiempos. He compartido con muy buenos músicos colombianos, creo que el primero fue Toño Arnedo… bueno, conozco muchos: Óscar Acevedo, Héctor Martiñón, no nos conocemos personalmente pero sí conozco su música, y [Edy] Martínez por supuesto, y mucha gente joven que he conocido últimamente.

Sí, es algo realmente que te nutre y esto también te invita a proyectos como uno con Maestrío, que es algo realmente inusitado (risas), es algo que uno nunca lo hubiera sospechado, que yo iba a ser parte de la producción de Maestrío, un trío estilo Los Panchos pero cuando me hablaron del trío dijeron: “sí, es el clásico trío, pero te aseguro que es un trío diferente y te va a gustar la idea”, y efectivamente es un trío diferente, me encanta la idea y ahí estamos, con grandes instrumentistas.

Hablemos por último de la Familia López-Nussa, ¿musicalmente qué caracteriza a esta agrupación y con qué se encuentran quienes asisten a sus presentaciones?

Se encuentran con una familia que se divierte haciendo música, haciendo nuestra música. Dos generaciones, eso me parece atractivo tanto en lo visual, como también en lo que se escucha, porque puedes constatar los sonidos que cambian viéndoles el show, y realmente es un show, un show donde hay mucha diversión y esa diversión se contamina. Hacemos honor a la palabra tocar música, que en inglés y francés es jugar. Eso es lo que hacemos, jugamos, y es un show que vale la pena, uno de los shows que más me divierten la verdad.