Literatura

Más allá de penes, culos y drogas.

19 / 12 / 2017

La difícil vida fácil, un libro con historias de la prostitución masculina en España que trasciende más allá del morbo.

El sexo, ese motor que mueve al mundo, es la materia prima de La Difícil Vida Fácil, libro escrito por Iván Zaro y que nos adentra en el mundo de la prostitución masculina. No se dejen llevar por la frivolidad del título de esta reseña, porque el libro es más que una muestra estadística de una realidad aún tabú en el siglo XXI, tiempo en que los hombres se venden por algunos euros al mejor postor.

¿Alguna vez se han preguntado por qué un libro llega a sus manos? Bueno, esa misma pregunta me hice yo cuando comencé a leer el libro de Iván Zaro. Conforme horadé en las 12 historias de hombres que venden sus cuerpos para saciar la lujuria de otros hombres, apareció ante mi, poco a poco, la respuesta.

Estas historias muestran, sin tapujos, cómo es el día a día de los “chaperos” españoles — “prostitutos” o “gigolós”, como prefieras llamarlos — a la vez que desnudan la realidad de hombres homosexuales, bisexuales y heterosexuales en el mercado del sexo: un mercado que, como lo menciona el autor, es en apariencia invisible y del que poca literatura se puede encontrar.

Todas estas son situaciones que te llevan a pensar más allá del típico imaginario de la prostitución masculina, en el que los hombres relatan por qué venden sus cuerpos y sus caricias, sea por necesidad, ambición de dinero o porque la vida los llevó de manera inesperada a ese camino. El libro incluso expande tu visión del mundo, sacándote de la zona del blanco y negro.

La difícil vida fácil

Portada la difícil vida fácil.

 

Esta obra es un matiz de colores, experiencias, tramas y sexo — mucho sexo —, que te adentran al día a día de un chapero desde la calle Almirante hasta la Puerta del Sol en Madrid, lugar donde justamente comienza el primer relato de un hombre llamado Javier, quien vivió en un ambiente familiar adverso y, después de ser llevado a un colegio de curas, se escapó para callejear y comenzar a prostituirse.

Si tienes prejuicios morales debo insistir que los dejes de lado una vez abras este libro y te inmiscuyas en el universo del sexo entre hombres, a los “pisos de relax” y lo que es vivir en estos lugares. “Tú ingresas en el piso, te ponen en su página web, tú también te anuncias — por ejemplo, en milanuncios.com —, y ya está”, cuenta Joan, un joven de 24 años, en su historia.

Las historias son variadas y sus protagonistas tratan de hacerte sentir, junto con el autor, sus vidas: vidas que en algunos casos, por ejemplo, se vieron trastocadas por la crisis financiera de 2008 y que impactó a España con gran fuerza. Los chaperos no fueron ajenos a esa realidad y, como todos, debieron enfrentarla.

Tal es el caso de Sega, un hombre de Gambia — país donde la homosexualidad está vetada y se paga con cárcel — quien llegó a España sin saber el idioma, teniendo que buscar empleos en diferentes ocupaciones, hasta que tuvo que plantearse la prostitución como mecanismo de supervivencia.

Muchas de las historias del libro buscan que el lector entienda la difícil vida de los “chaperos”: los riesgos a los que se exponen, sus miedos, sus pasados. A la prostitución no se llega de manera fortuita y toda la trascendencia que tiene, para los protagonistas, la labor de vender sus cuerpos. El SIDA, la homofobia, el machismo, todo se va entrelazando en cada una de las historias; además el autor nos permite dimensionar qué tan basto y grande puede ser el mundo de la prostitución masculina en España.

Por otro lado, y para no defraudar a los lectores que buscaban penes, culos y drogas, vale agregar que la droga está ligada a cada una de las historias. El consumo, para el sexo, funciona como moneda de cambio: las drogas, los euros y el sexo están todos interconectados.

Pensando en culos, podrán leer algunos apartes de las historias sobre los hombres “machos” latinos que terminan entregando sus anos por unos cuantos euros de más. Igual que para otros chaperos, esto es sólo muestra de que no son heterosexuales, ya que sus culos tienen un precio un poco más alto que el de otros. Al fin y al cabo, son algo que se compra y se vende.

En cuanto a los penes, basta con afirmar que son historias de hombres: bastantes penes aparecen en ellas como el del búlgaro Mitko, un hombre casado cuya esposa conoce su trabajo, lo  entiende y le apoya para que siga en la prostitución. Mitko es exitoso porque comprende algo que muchos que desarrollan esa profesión pasan por alto, y que el libro rescata de manera sutil en cada historia.

Compañía y afecto. Con estas dos palabras concluyo esta reseña. La difícil vida fácil es un recuento no sólo de la prostitución sino de la soledad de los clientes, el miedo a los prejuicios y el poco afecto que hay hacia los otros. El libro es, en sí mismo, una muestra de que somos más que etiquetas “hetero”, “gay” o “bi”. Somos humanos y cada uno carga su difícil vida de la mejor manera posible, razón por la que creo que este libro cayó en mis manos: para ser leído y para entender que la vida puede ser mucho más difícil.