Literatura
Tesis de la fe
12 / 08 / 2019
En Tesis de la Fe el autor desafía al mismísimo Dios a que ponga a prueba su omnipotencia sobre la irreverente voz de la Poesía
Axioma
Cualquier Figura es vulnerable
al antojo de la Poesía,
incluso aquellas,
que son atribuidas
a la creación de Dios.
I
De acuerdo a la Orden Poética
profeso mis votos.
Riqueza:
Felices lo que tienen el alma rica,
porque a ellos les pertenece
el Reino de la Palabra.
Derroche:
En efecto,
algunos profesan la libido;
otros, ofrendan su cuerpo
por placer.
Decido derramarme en cada página
a causa de la Poesía.
¡El que pueda entender, que entienda!
Desobediencia:
Padre, beberé del cáliz
haré mi voluntad
como poeta que soy.
Sabrá comprender.
II
Partí desde la base que
cualquier Figura es vulnerable
al antojo de la Poesía.
Vengo a defender mi tesis
con uñas y dientes.
No pondré punto final
hasta ganar la pulseada
aunque del otro lado de la mesa
sea el brazo del Todopoderoso
el que intente doblegarme.
III
¿Cómo sé si no me tendió una trampa?
¿Si puso a la poesía en el camino
para burlarse de mi ingenuidad?
¿Qué haré con Virgilio y Dante
con Lautremont y Rimbaud
con Carver y Bukowski?
¿Tendré que deshacerme de sus páginas
como si nada?
¿Asumir que todo fue una gran conspiración
y se ría frente a mi cara de impavidez?
¿Y si es cierto eso que dicen los físicos teóricos?
Que la materia en realidad no es tal cosa.
Que somos un conjuntito de cuerdas vibrando
en un espacio-tiempo determinado
y este transcurrir al que llamamos
“la vida” es un experimento de ficción.
¿Qué haré con aquel beso?
¿Con ese cuerpo desnudo que me regaló
su transpiración?
¿Con la voz que me dejó los gemidos
palpitando en mi oído?
¿Con el perfume que invadió mi cuarto?
Me niego a claudicar.
Aunque tenga la capacidad
para hacerme callar
no se la dejaré fácil
Aún puedo gritar
aún corre algo de sangre
que mantiene mi pecho caliente
aún siento el pálpito en las sienes
que afloja mi lengua
y estoy dispuesto a usarla
contra usted si es preciso.
IV
Verá que no hay arrepentimiento
usted sabrá sopesar mi accionar
lo que hice, lo hice y punto.
Le aviso que no iré a confesar
no lavaré pecado alguno
no pienso redimirme.
Quizás, solo quizás,
me arrepienta al decir
que este poema sea el último que escriba.
Como obrero de la palabra
-Palabra con mayúsculas
no como los que se cobijan
bajo su nombre para usarla,
según dicen, en su nombre-
Repito,
como obrero de la palabra
me debo a ella
soy fiel a la dialéctica que propone.
Ella me brinda la contención
que nadie pudo transmitirme
y hoy, le diré
que será mi último poema
no volveré a escribir poesía.
Lo juro.
Lo juro por usted
aunque esta vez haré una excepción
y la sentencia pase a un impasse de espera
hasta que me confirmen que usted
tampoco es un impostor.
V
No le quito crédito
con la inmensidad de
bellezas que se le atribuyen,
es más: lo felicito.
Pero su mano poco sabe
de Poesía,
hay vertientes que nacen
del agua turbia
de la sangre derramada
y llegan hasta la gloria;
me cuesta creer que usted
se sienta cómodo
transitando esos terrenos fangosos,
no es reproche
ni una ofensa
por algo mi relación con usted
siempre fue idílica
en especial al momento de flaquear,
no lo vi pasar por ahí
-lamento decepcionarlo-
quizás fue falta de percepción
de mi parte
pero allí estaba la Palabra
tendiéndome la mano
y ella le pertenece al poeta.
Corolario
La memoria
inundada con el agua turbia
de un río que arrasa con todo a su paso
sufre la erosión
del vertiginoso cauce.
Dios, sabrá guardarme.
Le imploro clemencia.
Me alcanza si sobreviven algunos versos
fragmentos de un poema
difícilmente alguno quede en pie
cuando no sea más que huesos.
Pero si el aire es ocupado
con el último aliento de un recuerdo
aunque sean ilegibles
carezcan de sentido
y solo caigan en la emboscada
unas pocas palabras
con pretensiones poéticas
antes de trepar a la noche
a gozar del inclaudicable silencio
calmo
soberano
de un alma
latente dentro de un recuerdo
podré burlarme
-una vez más-
de la muerte.
*La imagen de portada corresponde a la Iglesia Sant Felip Neri de Barcelona y la tomó un amigo: Claudio Piquinela. Se trata de la fachada posee las marcas que quedaron del bombardeo que sufrió la ciudad en el año 1939 durante la Guerra Civil Española, cuando la aviación italiana que apoyaba a Franco, bombardeó el lugar. Foto del autor: Javier Sánchez